La desprotección estatal y la precariedad laboral afecta a los trabajadores de la salud
En abril fue la explosión de
“Al principio sentimos que todo era un lío y nadie sabía bien cómo había que manejarse. Ponían normas que iban cambiando. Un día había que usar barbijo y al otro día, ya no. Había mucha desprotección para los trabajadores. A nosotros, por ser delegados, los compañeros nos consultaban qué hacer, pero se implementaban normas según el presupuesto. Como los barbijos que les quisieron dar a los camilleros, que eran más baratos, pero no cumplían las normas de seguridad”, describe Becerra.
Sobre esos barbijos, Ávalos agrega que “eran totalmente precarios. Nosotros nos negamos a usarlos y decíamos que teníamos que tener el tipo 3M, porque estamos en contacto directo con los pacientes. Por otra parte, cuando empezó el tema de la gripe, pedíamos que nos vacunaran, para que los compañeros que tuvieran síntomas de la enfermedad, se quedaran aislados. Y no nos quisieron vacunar. También pedimos una charla a la gente de infectología, cuando todavía no había muertes, y dijimos que queríamos usar barbijos, como los usaban en México. Nos dijeron que estábamos exagerando y que no iba a pasar nada. Hasta que hubo 30 muertos y ahí empezaron a cambiar la actitud. Pero los barbijos todavía no aparecen”.
Efecto Cromañón
Becerra apunta a la desprotección estatal cuando señala que en
En ese sentido, a la falta de enfermeras y la sobrecarga de tareas, hay que sumarle el desgaste que estas trabajadoras suelen sufrir debido al maltrato por parte de pacientes que frente a horas de espera y pánico generalizado, reaccionan con violencia frente a quienes son la cara visible de la institución médica.
Por otra parte, del lavado del uniforme -también foco de contagio- no se hacen cargo los sanatorios y las clínicas, sino que el trabajador debe llevarlo a la casa, exponiendo así a los miembros de su familia.
Tal es el desconocimiento del rol del trabajador de la salud que en los Comités de Crisis no son representados. Frente a esto Guitián añade que “todas las instituciones de salud tendrían que tener Comités de Crisis, integrada por los trabajadores. Están formadas por infectólogos o médicos, que están atados a las directivas de los empresarios y no a las necesidades de los trabajadores y de la población. En mi trabajo, por ejemplo, no están controlando nada”.
Con ese objetivo, el de controlar y cuidar a los trabajadores de la salud, el pasado 15 de julio el Sindicato de
Fotos: Juan Martín García