martes, 10 de agosto de 2010

Entrevista con Rafael Toriz, ensayista mexicano.

La semana pasada, en el Centro Cultural de España en Buenos Aires, se dictó un taller titulado “La ciudad y sus ficciones”. Fue Rafael Toriz quien lo brindó. Este ensayista mexicano, nacido en 1983 (!) es licenciado en Lengua y Literatura Hispánica, recibido en la Universidad Veracruzana. Fue becario en el área de ensayo de la primera generación de la Fundación para las Letras Mexicanas y ganó el Premio Nacional de Ensayo “Carlos Fuentes” en el año 2004. Actualmente es investigador de la Universidad Veracruzana Intercultural. Un groso total, bah. Con muy buena predisposición respondió a estas humildes preguntas.


Rafael, contame un poco de este taller que viniste a dar acerca de ficción y ciudad.

La intención principal, como dijimos en el taller, era agarrar un espacio para pensar la ciudad, para sentirla y para ver a través de la fabulación creativa, de la representación estética, una manera de tornar habitable un espacio magnánimo, violento, hermoso y horrible como son las ciudades, particularmente las capitales.

Las grandes ciudades.
Las grandes ciudades, sí. Como por ejemplo Buenos Aires, DF, San Paulo, París, Madrid, Nueva York.

¿Vos naciste en el DF?
No, yo nací en una ciudad que debe tener unos 800 mil habitantes, que es Xalapa, la capital de Veracruz. Un estado muy importante y el estado más poblado de la República Mexicana.

Y cómo es a los ojos de un xalapeño -eso me recuerda a un capítulo de Los Simpsons que van a comer un pancho con xalapeño-
¿Y Homero acaba alucinado y drogado? Pero, ¿cuál era la pregunta?

¿Cómo es la ciudad de Buenos Aires a los ojos de un mexicano?
Linda, grande, bella, racista, aldeana. En cierta medida cálida y en otra parte, mezquina, como toda gran capital que se precie de serlo. Y desde luego encierra un misterio, como todas las ciudades, que vale la pena conocer.


¿Cálida en qué y mezquina en qué?

A ver... son preguntas complejas, porque estoy hablando de generalidades. Pero a grandes rasgos, me gusta mucho la dinámica que tiene, que al ser una ciudad grande, no tiene esta despersonalización que sí tiene el Distrito Federal, que es un monstruo, sino que tiene un pie humano. Y a la vez, mezquina, a veces por el trato que prodigan sus habitantes entre ellos mismos. Por la poca calidez que tiene el porteño, por oposición a ciudadanos de otras capitales. No es la gente más cálida. No es la capital que yo diría la más cálida. Me parece más cálido el bogotano, el chilango, el que vive en Quito. Sin embargo, Buenos Aires tampoco es París, donde aún son menos cálidos todavía.

¿Te llamó la atención que hubiera gente de tantos lugares distintos en el taller?
Me pareció fantástico, impresionante. Como un verdadero crisol de la ciudad. Y aparte de que hubiera gente de países distintos, además que hubiera de profesiones distintas. Eso me parece que le da variedad, espesura y dinamismo a la ciudad. Había escenógrafos, historiadores, arquitectos, diseñadores, filósofos, psicoanalistas.


¿Y vos por qué estás en Buenos Aires? ¿y por qué la tenés tan manyada?

En primera instancia vine huyendo de una circunstancia personal de México.

¿Mataste a alguien?
No, era por una decepción amorosa. Llegué para acá, me enamoré de la ciudad, y después estuve yendo y viniendo. Luego apliqué para una beca, me quedé para vivir acá un rato largo y finalmente estoy en esta especie de nomadismo repartido entre México y Argentina.

¿O sea que es un poco de esto que se hablaba en el taller, de que cuando uno se va de una ciudad, se va hacia uno mismo?
Sí, sale de uno mismo para ir hacia uno mismo. Sí, exactamente. Yo salgo de mí para volver a entrar a mí por otro lado.

¿Por qué habías venido?
Vine a hacer un ensayo sobre escritores argentinos, sobre Juan Rodolfo Wilcock, Hector Murena, Josesmundo Clemente, Mauricio Kartún, y como me dí cuenta que iba a ser un libro muy aburrido, únicamente para especialistas, me aventé a un libro de crónicas de viaje, donde metí la literatura como una especie de supositorio y lo disfracé todo como un viaje de ciudad, para que fuera más ameno.

¿Qué escritores que hablen de ciudades recomendarías?
Desde luego Italo Calvino, Carlos Monsiváis, Juan Villoro, en lo literario. Como teóricos, Néstor García Canclini, Oliver Monguin, Saskia Sasen
. Muchísimos, pues, una variedad, depende de dónde lo quieras ver, si desde la literatura, la filosofía. Desde luego, Cortázar, cómo no. Y, se me estaba olvidando, Rubén Fonseca. Fundamental y escencialmente él. Un escritor que a través de la violencia y una literatura que me parece superlativa, habla todo el tiempo de Río de Janeiro, como alguien a quien se ama y se odia, se aniquila y se venera. Me parece, por lo demás, un escritor extraordinario.

¿Y escritores argentinos que te alucinen?
Sí. Wilcock. También Guillermo Piro me gusta. Tienen también buenos poetas. Sí, hay muchos que me gustan. Me parece que la tradición literaria argentina es una de las más sólidas a nivel América Latina.

Charlando un poco, me contó acerca del tema que eligió para hacer su tesis y -en tiempos de acumulación de saberes, como si se tratara de un hámster que guarda comida en el buche- me pareció genial: “Hice mi tesis sobre Gabriel Zaid, un poeta y ensayista mexicano, sobre los demasiados libros, por qué tanto conocimiento abruma y por qué es necesario destruir libros para ser felíz. Textualmente”.

A todos aquellos que estén interesados, Toriz dará un taller relacionado a la ficción en la ciudad a partir del 10 de septiembre. La información estará disponible en http://www.casadeletras.com.ar/ más cerca de la fecha. Y si no, bien pueden pasar por el Tumblr de Toriz, que está bien chido. http://extravagario.tumblr.com/.

viernes, 6 de agosto de 2010

Entrevista con Juan Terranova, escritor.


Juan Terranova es escritor. Nacido en 1975, tal vez lo conozcan por libros como El Caníbal (2002) y El Bailarín de Tango (2003) y El Pornógrafo (2005). En 2008 lanzó en un formato original y con un contenido comestible y combustible "Mi nombre es Rufus", una novela breve que a escupitajos habla de un guitarrista de una banda de punk que nunca existió. Desconfiado, paranoico e irritable, aquí lo entrevistamos -vía email porque soy re pulenta- en calidad de compilador de una anología -Hablar de mí- de jóvenes autores argentinos que la editorial Lengua de Trapo lanzó en España, con motivo de su desembarco en nuestro país.

Si se pudiera establecer una analogía con tiempos pasados, ¿que viene a traer Lengua de Trapo y que se lleva de la pluma local?

Los espejitos de colores que trae Lengua de Trapo no son de factura únicamente española. El catálogo es muy diverso y completamente desconocido para el lector porteño. Autores serbios, belgas, daneses, noruegos, franceses, peruanos, uruguayos, la mayoría contemporáneos, y tanto en la colección de ensayos como en la de ficciones. Por otra parte, Lengua de Trapo es la editorial española con mayor cantidad de narradores españoles jóvenes editados. ¿Qué sé lleva? Ojalá que a los jóvenes también, que si no son dorados, saben vestir con elegancia los oropeles de su época.

¿En dónde están las trabas para que los nuevos escritores publiquen sus materiales?
Ahora con la web las trabas se diluyen y existen para los libros, pero ya no hay fetiche de la letra de molde. La web destruye el mito narcisista del incomprendido. Ahora ponés en la web y tenés lectores. Y entre esos lectores, seguro hay editores. Creo que el gran problema de los autores nuevos es vencer su autismo. En este mundo hiperconectado de hoy (!), salir al mundo es estar a un paso de la publicación.

El autobiografismo de los tiempos que corren: a pesar del imperio Facebook, ¿el porvenir de la literatura esta en los blogs? ¿Y si los próximos libros contuvieran frases cortas, de 140 caracteres?
Facebook es el nuevo porno. Imagen. Voyeurismo. Desvergüenza industrial. Sus operaciones con el lenguaje son marginales. Twitter es otra cosa. Me gusta, pero a veces, si seguís a mucha gente, se parece a una especie de chat con uno mismo y eso me aburre. En mi Twitter sigo poca gente y los leo a todos todo. Tengo un grupo de amigos y es como estar siempre en una mesa de bar, con la diferencia de que al mismo tiempo trabajo, escribo y hablo por teléfono. Luego, su gran defecto es que no se pueda compartir alcohol. Pero cuando se pueda digitalizar el alcohol o alguna otra droga ahí seguro nos cae la ley seca de arriba.

¿Que características ves en los escritores nacidos en los 70/80, adolescentes en los 90? ¿De qué hablan, que tienen para decir?
Vienen marcados por el desempleo y la marginación a la que los sometieron sus propios padres. Viene marcados por la dureza y los equívocos del neoliberalismo. Y al mismo tiempo, están conectados y se conocen entre todos. Son desconfiados, paranoicos, irritables… Bueno, quizás esté proyectando y eso es lo que soy yo.

En la nota sobre el lanzamiento de Lengua de Trapo que salió en Tiempo Argentino, hablás del lector porteño como un cosmopolita por vocación y necesidad, ¿cuales serian los autores que mas visita y por que?
Bueno, los países industrializados y donde la modernidad fue exitosa tienden a consumir y priorizar la novedad tanto en libros como en gastronomía y moda. La Argentina, donde la industrialización siempre se de a manchas y se tensionada por las fuerzas más retrógradas del pensamiento nacional, produce un lector activo, histérico e inconformista, si a eso le sumamos el Gran Narcisismo Porteño la lectura se vuelve siempre superyoica y querés más, y mejor, y revolvemos en las librerías de viejos y en las librerías de nuevos. Si le hiciéramos la pregunta al “lector porteño”, un personaje imposible, él respondería los autores que más visita son los mejores escritores de la literatura universal. O sea, su biblioteca siempre está incompleta, tanto en el futuro como en el pasado. Y todo esto también es un poco herencia de Sarmiento, Borges y Arlt, tres grandes lectores, quizás los más importantes de la tradición literaria argentina.

¿Cuáles son los escritores que leíste últimamente? ¿Cuáles recomendás agarrar a los inicios de la adolescencia? ¿Que leería Rufus hoy?
Hace poco, hará un año, que estoy leyendo a Michael Chabon. Muy recomendable.
Ahora estoy leyendo dos libros excelentes, los Cuentos Reunidos del noruego Kjell Askildsen, y Brummstein / Machine del danés Peter Adolphen, ambos editados en Argentina por Lengua de Trapo. Para la adolescencia recomendaría leer lo que realmente no se puede dejar de leer, ese policial, esa ciencia-ficción que se lee con toda la furia. En mi última adolescencia leí mucho a Ballard y a Hemingway. Creo que son escritores que se leen cuando uno es joven y se pueden seguir leyendo toda la vida.


Compilada por Terranova,
la antología Hablar de mí cuenta con textos de Pablo Ali, Félix Bruzzone, Sonia Budassi, Aquiles Cristiani, Celia Dosio, Mariana Enriquez, Federico Falco, Diego Grillo Trubba, Luciano Lamberti, Joaquín Linne, Sebastián Martínez Daniell, Ignacio Molina, Pablo Natale, Patricio Pron, Maximiliano Tomas, Hernán Vanoli y Alejandra Zina. Será cuestión de googlearlos para ver de qué se trata, porque por lo pronto la antología se editó en España. Esperemos encontrarla pronto por las calles porteñas.

Me despierta algunas contradicciones este Juan Terranova. Si usted desea saber por qué: http://elconejodelasuerte.blogspot.com . Más sobre Lengua de Trapo en http://www.lenguadetrapo.com. Joder.

*foto: Eterna Cadencia.

domingo, 1 de agosto de 2010

Entrevista con el Conde de San Telmo, Mariano Lucano



El viernes pasado, Mariano Lucano inauguró su muestra de dibujos eróticos, en MU Punto de Encuentro. Cofundador e ilustrador de la revista Barcelona, editor de la revista Soy Rock y diseñador gráfico, acá cuenta de qué se trata (y digo de qué se trata porque odio el "de qué la va") su "Cabaret MU".

¿Qué es lo que venimos a ver (y a haber) acá, Mariano?
Acá vienen a ver (n de la R: y a haber) una serie de dibujos eróticos. Algunos que fueron hechos para publicar, que salieron en Playboy y otros inéditos, que son como un fragmento de una serie que todavía estoy trabajando y que supongo que voy a trabajar unos años más, dentro del erotismo. Creo que hay sólo hay dos cosas que vale la pena hacer, dibujar. Cosas que tiene que ver con el Eros y con el Tánatos. Cosas de vida o de muerte. Definitivamente el garchoneo, y quiero que quede esa palabra, el garchoneo tiene que ver con la pulsión de vida. Definitivamente. Aunque lo hagas sin amor.

Bueno, es la expresión más intensa de la vida. No hay otro acto que tenga tanta intensidad.
Sí, la muerte. La muerte es parte de la vida. Es una parte bastante importante de la vida. Marca una de las dos fechas que se tienen en cuenta a la hora de una biografía.

Y estos dibujos, ¿de cuándo son?
Son de cinco años a esta parte. Las chicas son las más viejas, porque yo publico una chica por mes en Playboy, en el correo de lectores. Por ahí hay una de 2006, cuatro años. Los más nuevos serán de hace dos o tres meses.

Por lo general, ¿qué respuestas tenés de quienes miran tus dibujos? ¿se inquietan al ver minas en bolas?
No, de hecho, si establecemos las cosas que uno cuelga en Facebook como parámetro para una estadística, yo colgué ayer una carpeta con tres de estos dibujos y tuve muchas más respuestas que cuando hago 150 dibujos de cualquier otra cosa. Me llamó mucho la atención. A esta altura no escandaliza. Hay uno o dos detalles más de cualquier cosa que podés ver en televisión, en prime time. No es muy diferente a lo que ves en Tinelli. No hay nada que no veas en Tinelli. Encima éstas son quietas y de fantasía, porque son dibujos.

Igual, vos ya conocés el mambo de la trasgresión desde Barcelona...
Bueno, pero a mí con la plástica, lo que me sucede es... a ver: sé que el hecho de hacer hincapié en que el dibujo es una actividad autónoma, es una forma de transgredir ciertas normas del mercado, porque el dibujo no tiene un peso reconocido. Siempre se lo considera como algo funcional. Ya sea para ilustrar algo en un medio gráfico o como boceto para ir a una pintura. Y hay muy poca gente que considera que el dibujo es una pieza terminada. Mi militancia es esa, exactamente. Eso lo podés tomar como transgresión. Después, la transgresión está en el lugar donde uno cuelga, más que en lo que uno hace. Ponele que mi libro Penas de Muerte es como reírme de cosas medio-- no es reírme, sino es buscarle una forma muy obtusa a algo muy sencillo, que es eliminar un sujeto. Pero la transgresión a la hora de mostrar esa muestra está en dónde lo mostrás y no colgarlo en una galería.

Entonces ¿por qué acá?
¿Acá en MU? Me gustaba la idea de colgar en MU, que es un lugar absolutamente anti-Faena.
Sí, de hecho allá están los libros a la venta en cajones de verdura.
Y el local en donde se hacen shows en Faena, es en el Cabaret Faena. Entonces, Cabaret Faena, Cabaret Mu. Yo quería que Cabaret Mu sea como un Cabaret Faena, pero todo mal. O todo bien.

Tercermundista.
Bueno, Cabaret Faena me parece mucho más tercermundista que la línea cooperativa de MU. MU es una cooperativa de periodistas que hace periodismo sobre empresas recuperadas y fábricas sin patrón, como Barcelona.

Por último, ¿hay algún artista plástico que recomiendes seguir, del palo de arte erótico?
A mí Carlos Alonso me parece un tipo del que no se puede decir que sea un pintor ni un dibujante sino que es una cosa aparte. A mí me parece Dios, en este momento. También Luis Scafatti. Me parece salvaje. Es como mi papá, en cuanto a la línea, pese a que nunca estudié con él. Y seguir a los dibujantes de la Línea Peluda, que son el futuro y la vanguardia.

¿Qué es la Línea Peluda?
Es mi escuela de dibujo. Así se llama. Vean www.lalineapeluda.com.ar. Tiene sede en el Condado de San Telmo. Yo soy el Conde Lucano.

La noche siguió con lectura de poesía, de la mano de Juan Xiet y Naty Menstrual. Deliciosamente escatológicos, fueron un acompañamiento ideal.

La muestra puede verse en Mu, Punto de Encuentro, Hipólito Yrigoyen 1440 de la Ciudad de Buenos Aires, hasta el 25 de agosto de 2010. Nadiuska recomienda las empanadas de papa y un vaso de vino de la casa.